Hojarasca, ramas secas, tierra en polvo y el cuerpo deshidratado e inerte de un crustáceo componen esta imagen tomada por Enrique Carrascal junto al cauce de un río. La sequía hace estragos y ha desgastado los habituales paisajes otoñales de ocres, rojizos y verdes hasta convertirlos en pardos y grises, nada propios de la estación en la que estamos.
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